Después del verano volvemos a la montaña, por fin el calor sofocante nos da permiso para ir adentrándonos en el otoño y volver a disfrutar de la naturaleza de nuestra región.
En la entrada de hoy descubrimos un pico muy singular de la provincia. Es conocido como «el Cervino jumillano» por su semejanza con la famosa montaña alpina. Salvando una gran distancia en cuanto al parecido, el Buey se recorta en el campo de Jumilla como un pico retorcido y escarpado, de aspecto imponente cuando nos acercamos hasta el comienzo de la ruta. Con sus más de 1000 metros de altitud, el Buey se convierte en un increíble mirador del altiplano de la comarca. Una ruta que transcurre entre paredes verticales por las cuales parece imposible el paso. ¡Comienza la aventura!
La ruta se va acercando poco a poco a las enormes paredes. Uno comienza a preguntarse por dónde se encuentra el paso. Parece algo impensable.
En pleno paso aéreo. El momento más vertiginoso de la ruta, en el que unas cadenas en la pared nos ayudan en nuestra marcha.
Encuentra al senderista en la foto 😉
Ya en la cima, nos encontramos algunas nubes bajas, que hacen del paisaje un escenario todavía más impresionante.
Comenzamos la bajada dejando atrás la silueta del pico del Buey, que con su escarpada figura, parece mirar al abismo del paisaje jumillano.
Aquí te dejo una opción de ruta e indicaciones para llegar. Espero que te haya gustado la entrada de hoy. ¡Feliz vuelta a la montaña! 😀