Entre tierras amarillentas, con el espliego asomando, transcurre nuestra solitaria ruta de hoy. Apenas cruzamos nuestros pasos con algunos pastores y su rebaño. El paisaje ya teñido de invierno, se hace cálido bajo la luz dorada del sol.
Aquí puedes ver la ruta que transcurre entre estos paisajes, partiendo desde el Albergue de La Pava hasta subir al Alto del Frontón. Espero que te guste.
Desde el municipio de Moratalla hasta el Campo de San Juan, se extiende la Sierra de los Álamos, con frondosos bosques y cumbres por encima de los mil metros, como Los Frailes (1404 m), el Puntal de la Pegueruela (1487 m) y el Alto del Frontón (1492 m). Hoy realizamos la ascensión a Los Frailes, una ruta sin complicaciones con preciosas vistas y un recorrido entre bosques que deja imágenes como estas. Espero que te gusten.
Llamado también el Valle Morisco por ser el último reducto de los árabes en España, el Valle de Ricote es un vergel casi desconocido. Bañado por las aguas del Río Segura, se convierte en un humedal rodeado de huerta y palmerales, todo un espectáculo paisajístico.
De su historia musulmana quedan aún numerosos vestigios, de algunos de ellos ya te hablé en la entrada de la Senda de los Moriscos.
La excursión de hoy transcurre por el paraje de la Navela hasta el pico Solvente, en una ruta circular bastante sencilla y de una belleza especial.
Contemplamos el Azud de Ojós, humedal que forma parte de los espacios naturales ZEPA desde el cual puede realizarse avistamiento de aves. Al fondo, la localidad de Blanca.
Castillo de Ricote y su impresionante panorámica. La localidad de Ricote queda bajo su umbría, desde donde parte la senda de los Moriscos.
El verdor del valle contrasta con lo agreste de sus montañas, paisaje de badlands con paredes escarpadas en las que apenas crece la vegetación.
La localidad de Ojós aparece en nuestro recorrido hacia el Solvente.
Nuestro particular «púlpito» no apto para vertiginosos. Todo un espectáculo contemplar la inmensidad del valle desde la cresta del Solvente.
Puedes ver la ruta que realizamos aquí. Si no tienes experiencia montañera, puedes realizar la ruta que nos proponen desde el Consorcio turístico del Valle de Ricote, apta para todos los públicos, cuyo itinerario puedes descargar en este enlace.
Hoy damos un paseo por Cabo Tiñoso, un recorrido lleno de emblemas militares, cañones y fortalezas que miran hacia el Mediterráneo. Sus tres fortalezas (Atalayón, Castillitos y El Jorel) nos hacen detenernos a explorar cada uno de sus rincones.
Si te apetece descubrir este lugar tan singular de la costa de Cartagena, aquí tienes cómo llegar. Hasta la próxima entrada.
Los colores de la primavera han estallado en todo su esplendor en los campos y montañas de Murcia. Hoy te traigo unas fotografías de nuestro paseo por Cieza, en el que nos llenamos los pulmones de aromas a mil flores. Con este paisaje, ¿como no va uno a volver cargado de energía?
Entre los bosques de esta preciosa sierra, se esconde un árbol centenario llamado el «Pino Señora». Su enorme tamaño lo descubre entre el resto de árboles del bosque, dejándonos asombrados con su manera de elevarse hacia el cielo, enroscándose sobre sí mismo.
Todo un monumento natural que podemos visitar en nuestra ruta hacia los picos más emblemáticos de la sierra, como el Picón de Gor o el Santa Bárbara. Aquí puedes ver un ejemplo de ruta en la que descubrir este ejemplar único.
Te dejo con algunas fotografías de nuestro paseo por los bosques de la Sierra de Baza. Sus formas y contrastes acompañaron nuestro recorrido, levantaban nuestra mirada y nos llenaban de su energía centenaria.
Ayer fue un día emocionante por ver de blanco nuestras montañas, evento tan inusual como deseado. Aquí algunas de las fotografías que pude tomar sorteando las gélidas temperaturas. Sin duda mereció la pena 🙂
El invierno se cernía sobre la Sierra del Segura, en una mañana en la que el frío nos calaba los huesos. Por las calles del albaceteño pueblo de Bogarra, hasta la niebla se iba colando por sus estrechas callejuelas de piedra.
Subíamos por la umbría, en nuestra ascensión al pico del El Padrastro. La montaña, repleta de agua que manaba por cada rincón, brillaba resplandeciente. Árboles y musgos relucían de vivo verdor.
Hasta un paseo de esculturas de piedra y roca nos sorprendió en nuestro recorrido por el cauce del Batán.
Hoy te traigo una mini entrada fotográfica. Haciendo la ruta de las trincheras por El Valle que puedes ver aquí, nos topamos con la casa abandonada de Juan Melgarejo. Un palacete con una bella alberca que no se resistió a ser objeto de nuestras cámaras. Espero que te guste.
Hace unos días tuve la oportunidad de adentrarme en el pasado ancestral de nuestra región con la compañía del Club Senderista Molinense.
Pepe, nuestro guía, nos llevó por un recorrido repleto de impresionantes cuevas, dólmenes funerarios y restos de poblados neolíticos. Un día fabuloso para la fotografía, cuyos resultados te muestro en la entrada de hoy. Espero que te guste.
De izquierda a derecha, Pepe, Paco, Toñi y el presidente del club, Jesús. Una compañía inmejorable.
El paraje del Calar de las Cuevas de Zaén y Bajil se ubica en el Campo de San Juan, comarca de Moratalla. Este singular paraje tiene un gran interés paleontológico y geológico, ya que forma parte de la antigua conexión entre el Atlántico y el Mediterráneo, el denominado Estrecho Norbético. Un estrecho por el que transcurría el mar y que hoy día mantiene numerosos vestigios de dicha época. Fósiles, grutas y formaciones rocosas, otorgan a este espacio natural la denominación de Lugar de Interés Geológico de escala nacional. Si quieres conocer más sobre esta ruta, te invito a leer el artículo que escribí para Me Encanta Murcia, en el que descubrirás más de esta región y cómo llegar.
Las Cuevas de Zaen, en plena ladera de la montaña
Buscando los restos del poblado neolítico de Bajil, en el Cerro de las Víboras.
Asomándonos al Campo de San Juan
Las Cuevas de Zaen se asoman peligrosamente a la montaña. Se nos antojan majestuosas, tan inmensas. Vemos la erosión del agua, que va marcando sus formas y colores. Los árboles y plantas se atreven a colarse entre sus rendijas. Un escenario sin igual que nos hace también de mirador del Campo de San Juan, su llanura y sus montañas, hasta donde la vista se pierde.