Hoy escribo una entrada con sabor a sal, olor a océano y aires de mucha diversión. Porque no todos los días tiene uno la oportunidad de escalar montañas de arena, rodar por las laderas, ver al mar perderse entre las dunas.
Y cómo no, también lo pasé como una enana fotografiando. El atardecer reflejaba en cada partícula de arena un color dorado sin igual. El sol se escondía dejando siluetas ondeantes, creando contrastes hasta en nuestras pisadas.
Estas imágenes corresponden a las dunas de Maspalomas, en Gran Canaria, un espectáculo de paisaje que espero que disfrutes. Hasta la próxima entrada 😉
Son fotos preciosas, me gustaría tener alguna firmada por tí. Si haces alguna exposición, avísanos, ya que estoy interesado en muchas de tus «instantáneas» . Un beso.
Me gustaMe gusta
Me alegro de que te gusten. Si hago exposición algún día series los primeros en saberlo 🙂 Besos!!
Me gustaMe gusta