En Sidemen nos encontramos en el mismísimo corazón de Bali. Carreteras interminables, aldeas diminutas, vidas humildes y mucha, mucha naturaleza.
Si Ubud era una zona tranquila, aquí parecía que el turismo ni existía. Nos impregnamos de sus silencios, de sus paisajes de montaña, de la inmensidad de sus bosques. Por supuesto templos y más templos que nos llevarían a las anécdotas más entrañables que recordaremos siempre de este viaje (que puedes ver aquí).
Pero si algo nos llevamos en el recuerdo fueron los encuentros con los vecinos del pueblo… cada día un encuentro se nos grababa en la memoria, con los niños en el trasiego del colegio, con la abuelita y sus nietos, con el tendero de telas, con los bailarines y sus ofrendas…
Los templos de Pura Lempuyang se escondían en lo profundo del bosque. Unas escaleras nos señalaban el ascenso hasta el último templo, en un día gris, de viento, niebla y lluvia. Sin nadie más que se animara en este día a hacer la ruta, iniciamos nuestro camino en solitario. Envueltos en la abrumadora vegetación y con la mente puesta en no resbalarnos, comienza lo que podríamos llamar «el gran encuentro» de nuestro viaje. Por esas mismas escaleras, nos encontramos con el peregrinaje de todo un pueblo que se dirige a su día de ceremonia.
Cestos en la cabeza, bolsas de enseres, unos subían, otros bajaban. Y una constante: las miradas de sorpresa, las risas de la curiosidad, los intentos de comunicación acompañados de gestos, intentos de palabras y más risas.
Los niños se animaban a hablarnos en inglés, a preguntar de dónde éramos. Algunos se detenían para observarnos mejor, o para ofrecernos comida. Queríamos fotografiarlos y también ellos a nosotros.
En el lago que cubre el cráter del volcán Bratán, se encuentra situado el Templo Ulun, uno de los más frecuentados por las familias balinesas. Lo pintoresco de este templo es poder contemplar sus construcciones sobre el mismo lago, además de la cantidad de personas que acuden a participar de las ceremonias. De nuevo nos encontramos siendo de los pocos turistas, incluso se nos acercaban a fotografiarnos.
Pura Lempuyang Lahur: Puertas del cielo
Las puertas del cielo son de los lugares más buscados por los turistas para hacerse una foto. Los lugareños hacían negocio prestándose a hacerte la foto y a ponerte un espejo para reflejar las puertas sobre el suelo como si estuvieran sobre el agua…nada más lejos de la realidad. Pero lo maravilloso de este templo vendría más adelante, en lo alto de la montaña, pues éstas sólo eran sus puertas. Os lo cuento en la próxima entrada 😉
Palacio del agua Tirta Gangga
El agua era el protagonista de este precioso palacio, lleno de plantas exóticas, pequeños templos y senderos de piedra sobre el lago. Los peces, acostumbrados a ser alimentados por los visitantes, han alcanzado unas dimensiones desorbitadas.
Templo madre Pura Besakih
El templo «madre» de la isla por ser el de mayor tamaño, se extiende formando una red de templos de todos los tamaños, algunos de acceso público, otros privados que pertenecen a familias. Con su entramado de callejuelas, se convierte en una pequeña ciudad dedicada a la memoria de los muertos.
Ubud es la ciudad de los artistas. Pintores y artesanos la inundan con sus tiendas y exposiciones. Cualquier estilo es bienvenido. El contraste impresiona: entre su avenida principal, una suerte de jungla de motos, y las callejuelas que de ella se alejan, llenas de una apacible vida. Por esas callejuelas nos fuimos encontrando con el quehacer cotidiano de los balineses, sus sonrisas, su café, sus ceremonias.
Los alrededores de Ubud eran campos de arroz que forman un paisaje silencioso, interrumpido por carreteras ondeantes y sus motos, o por la música de los templos y sus ceremonias. Bares de carretera, campesinos a sus labores, perros que acompañan los paseos y hasta columpios un tanto rudimentarios para hacer las delicias de los turistas.
Una ciudad desordenada y ruidosa que se rodea de la calma de la naturaleza. En la que el tiempo parece detenerse.
Bali es sumergirse en la naturaleza, caminar por terrazas de arroz interminables, levantar la mirada hacia los árboles centenarios, perderse en la niebla de la selva.
Bali es calma y viento huracanado, la quietud de los campos y el tropel de las cascadas.
Bali es caminar sobre mojado, llenarse la cara de lluvia, dejarse abrazar por el sol.
Sobrepasando los 2000m nos encontramos con la Guillimona, una pequeña sierra situada entre la Sagra y la Sierra de las Cabras, perteneciente a la provincia de Granada. Una ruta preciosa para iniciarse en la nieve y también para entrar en contacto con algunas adversidades climatológicas, pues esta sierra casi siempre pone su toque de adrenalina con fuertes ventiscas o nieblas impenetrables. En este día nos tocó viento, aunque con la fortuna de disfrutar de un sol espléndido y unas vistas que alcanzaban hasta la mismísima Sierra Nevada.
Durante el descenso por la cara norte, tuvimos bastante espesor de nieve, hundiéndonos hasta las rodillas y haciéndonos caer rodando cuales croquetas. Diversión no nos faltó.
Además, esta ruta tiene el aliciente de poder disfrutar de algunos ejemplares de pinos laricios centenarios. Todo un espectáculo.
Puedes ver un ejemplo de ruta aquí, en nuestro caso partimos desde el Pinar de Araceli y llegamos hasta La Vidriera. Si tienes ansia viva de nieve esta ruta es para tí 😀
Desde la localidad de Bolnuevo en Mazarrón, parte una pista que nos lleva hasta Percheles a lo largo de 8 kilómetros (ida), cuyo paisaje transcurre entre pequeños acantilados y calas nudistas. Aquí tienes descrito el recorrido, que parte desde Puntabela, donde finaliza la zona urbanizada de Bolnuevo.
Cala del Rincón y de Piedra Mala
El nombre de Piedra Mala ya nos indica lo que vamos a encontrar: muchas rocas y poca arena, lo que dificulta encontrar un rinconcito para estar fuera del agua.
En estas calas resguardadas por la roca, se crean espacios de aguas tranquilas a modo de piscinas naturales en las que nadar tranquilamente. El agua poco profunda y cristalina hacen de este lugar un auténtico paraíso del snorkel.
En las fotografías que hoy te muestro, el día, sin apenas viento y soleado, dejaba un mar transparente dibujado por pequeñas corrientes.
Por la pista de tierra podían acceder vehículos hasta este verano, cuya restricción se ha aplicado para preservar este entorno natural. Por tanto, podemos recorrerla caminando o en BTT, lo que nos brinda mayor oportunidad de disfrutar el paisaje. En esta época de verano, hay que llevar cuidado en las horas centrales del día, llevar bastante protección solar y agua en abundancia. Lo ideal es hacerlo a primerísima hora de la mañana para no sufrir por el calor.
Esta ruta forma parte del GR-92, el Sendero del Mediterráneo, que recorre la costa de nuestra región y del cual te hablé en este post
Playa Cueva de Lobos
Tras recorrer las primeras zonas de calas de nuestro camino, llegamos a Cueva de Lobos, la primera playa nudista que se declaró en España como tal, hace más de 30 años. Playa pedregosa y de agua cristalina en la que parte un estupendo baño o practicar snorkel. Enfrente, la isla de Cueva Lobos, donde sorprendentemente podían verse focas monje hace allá por los años 60.
Playa Amarilla
Esta pequeña cala pedregosa se ha convertido, al igual que las colindantes, en un reducto en el que practicar el nudismo tranquilamente, lejos de aglomeraciones. Se encuentra separada de Cueva de Lobos por un desprendimiento de rocas, aunque con cuidado podemos sortearlo. Al igual que la anterior, presenta formaciones rocosas producto de la erosión, con un color amarillo muy llamativo.
Cala Leño y Cala Desnuda
Continuamos nuestro paseo por el precioso GR-92 de la Sierra de las Moreras, para llegar hasta Cala Leño y Cala Desnuda, de las que ya te hablé en esta entrada.
Recorrimos acantilados y playas casi desiertas. Nos encontramos con un viejo pescador, en sus labores tan apaciblemente. También encontramos a unos hippies con su furgo, instalados lejos de las miradas.
Playa del Ballenato
Grandes cantos y arena negra forman esta playa solitaria. La vegetación llega hasta la misma playa y sus grandes piedras dificultan el camino. No hay otro sonido que el de las olas haciendo rodar los cantos, produciendo un estruendo casi hipnótico. Encontramos este pequeño paraíso todavía virgen, sin atisbo de civilización.
Este es un lugar mucho menos transitado y agreste, al que se puede llegar desde el parking de Percheles y bordeando los acantilados.
Te dejo aquí la entrada del blog Los Pies en la Tierra por si te interesa saber más sobre esta zona.
Entre los bosques de esta preciosa sierra, se esconde un árbol centenario llamado el «Pino Señora». Su enorme tamaño lo descubre entre el resto de árboles del bosque, dejándonos asombrados con su manera de elevarse hacia el cielo, enroscándose sobre sí mismo.
Todo un monumento natural que podemos visitar en nuestra ruta hacia los picos más emblemáticos de la sierra, como el Picón de Gor o el Santa Bárbara. Aquí puedes ver un ejemplo de ruta en la que descubrir este ejemplar único.
Te dejo con algunas fotografías de nuestro paseo por los bosques de la Sierra de Baza. Sus formas y contrastes acompañaron nuestro recorrido, levantaban nuestra mirada y nos llenaban de su energía centenaria.
El invierno se cernía sobre la Sierra del Segura, en una mañana en la que el frío nos calaba los huesos. Por las calles del albaceteño pueblo de Bogarra, hasta la niebla se iba colando por sus estrechas callejuelas de piedra.
Subíamos por la umbría, en nuestra ascensión al pico del El Padrastro. La montaña, repleta de agua que manaba por cada rincón, brillaba resplandeciente. Árboles y musgos relucían de vivo verdor.
Hasta un paseo de esculturas de piedra y roca nos sorprendió en nuestro recorrido por el cauce del Batán.
Este verano tuve la oportunidad de hacer un viaje muy especial a la Isla de Ons, en Galicia. Fue algo inolvidable, recorrer sus senderos entre miles de helechos, visitar su pequeño pueblo de casas de piedra y hórreos, contemplar el atardecer desde sus acantilados e incluso bañarnos en sus playas de arena blanca, a pesar de estar el agua totalmente congelada 😀
Si quieres conocer más sobre la Isla de Ons y ver sus preciosas imágenes, quédate a leer la entrada de hoy.
El Parque Nacional de las Islas Atlánticas
Declarado como tal en 2002, este singular Parque Nacional está formado por los siguientes grupos de islas:
Archipiélago de Cíes: Las Islas Cíes forman el archipiélago más famoso y conocido por todos, situado frente a la Ría de Vigo. En febrero de 2007, el periódico británico The Guardian eligió la playa de Rodas, en la isla de Monteagudo, como la mejor playa del mundo. El Ayuntamiento de Vigo inició los trámites en 2013 para que las Islas sean declaradas Patrimonio de la Humanidad.
Archipiélago de Ons: Situado frente a la Ría de Pontevedra, se compone de la Isla de Ons, la Isla de Onza u Onzeta, y otros pequeños peñascos entre los que destacan El Corveiro.
Isla de Cortegada: Es una isla situada en el interior de la Ría de Arosa. Es la mayor de un archipiélago que cuenta con otros grupos de islas, como las Islas Malveiras o las Islas Briñas.
Archipiélago de Sálvora: Se encuentra en la bocana de la Ría de Arosa y cuenta con el mayor número de islotes. Tres de ellos, Vionta, Herboso y Noro están considerados zonas reservadas al estudio y a la investigación de sus valores ambientales.
Isla de Onzeta y, en el horizonte, las Islas Cíes.
La Isla de Ons
Hasta el año 899 fue propiedad de los reyes de Galicia, cuando es donada al arzobispo de Santiago de Compostela. Así, perteneció a la Iglesia hasta que en el siglo XVI le es donada a la familia de los Montenegro, nobles. Desde entonces, ha ido perteneciendo a familias de la burguesía hasta que en 1982 fue transferida a la Junta de Galicia. En 2002 es declarada Parque Nacional.
La población de la isla se distribuye en 9 aldeas formadas por pequeñas casas de piedra, muchas de ellas deshabitadas. Sus habitantes, en la mayor parte dedicados a la pesca, nunca fueron propietarios de sus tierras y las mantienen en régimen de alquiler. La Junta les ha asegurado la ocupación de esas propiedades por un período de 99 años. Antaño vivieron cientos de personas, quedando tan sólo 4 habitantes en la actualidad.
Cómo llegar
Navegando por la Ría de Pontevedra. Al fondo las Islas Ons.
A la isla se accede en ferry, sólo en época estival, desde diversos puertos de Vigo y Pontevedra. Fuera del verano, también hay ferrys en días festivos puntuales.
Desde el punto de vista ecológico, el Parque Nacional de las Islas Atlánticas tiene gran importancia ya que alberga a numerosas especies de aves marinas, a más de 200 especies de algas y a unas 400 especies de vegetales terrestres. No en vano la isla de Cortegada acoge el mayor bosque de laurel de toda Europa.
También tortugas, focas, delfines y en ocasiones ballenas son inquilinos habituales del parque. La avifauna esta excepcionalmente representada, con las dos mayores colonias españolas de gaviota argéntea y cormorán moñudo.
Playas
En la Isla, las playas se encuentran en la parte oriental, siendo la occidental mucho más rocosa y elevada. Es por ello que desde sus playas podemos contemplar el fantástico paisaje que nos brindan las rías gallegas.
Melide
Playa de Melide
La playa de Melide se encuentra al norte de la Isla de Ons y está considerada por muchos como la más bonita de todo el archipiélago. Localizada en un entorno completamente paradisíaco, goza de magníficas vistas de la ría de Pontevedra.
Es, además, una famosa playa nudista, que se encuentra al resguardado del viento y muestra su forma rectilínea con arena blanca muy fina. Sus aguas son tranquilas y cristalinas, pero algo frías. Está un poco alejada del núcleo principal y de la zona de hostelería de la Isla.
Playa de Melide
Das Dornas y Area dos Cans
La Playa das Dornas (o del Almacén) es una playa muy céntrica, ya que se encuentra al lado del muelle. Más bien es una cala pequeña y fácil de encontrar, poco ventosa, y de arena blanca y más gruesa. Suele ser más solitaria, al contrario que la playa de Area dos Cans, la más concurrida de la isla al encontrarse detrás de la aldea de O Curro, el principal núcleo de población.Con la marea baja se llega andando hasta Laxe dos Cregos, una enterramiento con forma humana rodeada de leyendas.
Canexol
La playa de Canexol se encuentra al lado del pueblo que lleva su mismo nombre, y se accede a ella por una cuesta que desciende del camino principal con salida desde el pueblo de O Curro. Se encuentra mirando hacia la Ría de Pontevedra y a la Ría de Aldán. Es una playa rectilínea, de arena blanca y fina, y está resguardada de los vientos por las rocas que la rodean, aunque si tiene un oleaje moderado.
Playa de Canexol
Pereiró
La playa de Pereiró es la más meridional de la Isla de Ons. Se encuentra algo más lejos, a unos 20 minutos del pueblo, bajo la aldea que lleva el mismo nombre que la playa. Es una preciosa cala recogida entre las rocas que la rodean, y cuenta con unas impresionantes vistas, mirador perfecto de la Ría de Pontevedra y de la Ría de Aldán.
Fuente: isladeons.net
Dónde dormir
A pesar de su pequeño núcleo de población, encontramos en la isla varias opciones de alojamiento, aunque el aforo es limitado por lo que es aconsejable reservar con tiempo. En el pueblo encontramos una pequeña pensión, así como algunas antiguas casas de piedra han sido convertidas en apartamentos rurales. Otra muy buena opción, para los amantes de la naturaleza es el camping.
Por la noche la isla se convierte en escenario de un cielo negro y repleto de estrellas. Apenas sin luz, la oscuridad se cierne sobre los bosques y aldeas, y tan sólo se respira silencio.
Qué hacer en la Isla de Ons
La isla es un lugar tranquilo en el que disfrutar de playas paradisíacas y perderse entre la naturaleza. Hay varios recorridos oficiales que encontrarás en los mapas de la oficina de información y de los cuales se recomienda no salirse, tanto por la peligrosidad como por el respeto a la flora y fauna del Parque Nacional. A través de ellos se puede recorrer la isla en toda su longitud, acceder a las playas de la parte oriental y a los impresionantes acantilados de la parte occidental. En la zona más elevada de la isla se encuentra el faro, hoy día deshabitado.
Y cómo no, disfrutar de su gastronomía en los diferentes bares y restaurantes de la isla, pequeños pero con mucho encanto. El plato más famoso es sin duda el pulpo, cocinado en forma de caldeirada.
Sobre la cima, el faro de la isla.
Ruta por los acantilados.
Uno de los momentos mágicos que la isla ofrece es el del atardecer. Ver cómo el sol se esconde por el horizonte del océano el Atlántico es una experiencia que no te puedes perder.
Hasta aquí la entrada de hoy. Si te ha gustado, te animo a compartirla. Si conoces la isla o quieres hacer cualquier comentario, se bienvenid@.